En psicoanálisis, la verdad hace dormir, la invención despierta. Lacan inventó el pase. También reinventó el control, que surge, como el pase, de la experiencia, despertando figuras del sujeto supuesto saber e invitando a cada psicoanalista, según su deseo y en su lugar, a tomar su sitio en el trabajo de elaboración de la comunidad analítica. Se constata que una vez que se escoge el controlador, que se escoge el caso a controlar, que se escoge exponer un producto del trabajo, que se escoge escribir el saber que escapa, etc… Queda aún y cada vez, inventar su práctica para cada caso, encontrando el resorte propio de cada cura. Es por esto que la sesión de control se tiene a nivel del caso, al nivel de la particularidad de la demanda que dirige una singularidad, puesto que está en juego un real. Después de esto ¿cómo puede aún darse crédito a los standards que vienen a oponerse al acto analítico? Patricia Bosquin-Caroz es psicoanalista en Bruselas y en Liège, AME, miembro de la ECF de la cual es su actual presidente y miembro de la AMP. Es docente de la Sección Clínica de Liège. Estela Solano-Suarez es psicoanalista en Paris, AME, miembro de la ECF y de la AMP, docente de la Sección Clínica Paris-Saint Denis. Marie-Hélène Brousse es psicoanalista en Paris, AME, miembro de la ECF y de la AMP. Es Docente del Departamento de Psicoanalisis de la Universodad Paris VIII y de la Sección Clínica de Paris-ile-de-France. Las tres son miembros de la Comisión de la garantia junto a: Marie-Hélène Blancard, Phillipe de Georges, Yasmine Grasser, Pierre Naveau y Marie-Hélène Roch.