Transcripción en español

EV – Aquí Paris,

Eugenia Varela, corresponsal de Radio Lacan, les propone esta noche 18 de enero del 2014 una entrevista con Suzanne Hommel a propósito de su encuentro con Jacques Lacan. Madame Hommel es analista miembro de la Escuela de la Causa Freudiana en Paris y de la Asociación Mundial de Sicoanálisis.
Nacida en Alemania, llega a Paris a los 19 años. Desde entonces un hilo conductor sostiene su reflexión, la cito : « Cual es el impacto de lo que ocurre en el mundo, de lo que se llamará después la historia de un sujeto hablante , de qué modo esta historia constituye al sujeto ? »
De su trabajo de lectura y traducción, a la luz del trabajo de Jacques Lacan, extraigo un texto por su remarcable claridad a propósito de Análisis finito y análisis infinito de Sigmund Freud. Se trata del inconsciente al final del análisis que se reordena en la experiencia analítica. Tratando del trauma ella nos recuerda que estamos enfrentados a lo real, a algo que es imposible de decir o de hacer pasar por las leyes del pensamiento lógico. Una vez que el nudo de la transferencia hacia el analista se deshace en la experiencia del análisis, quedan restos, pedazos de real que siguen emergiendo, pero esta vez el sujeto hablante está advertido. El analizado sabrá tratar los restos de real, aquello que no se puede decir. El final de un análisis implica un cierto tacto para tratar con el inconsciente real. No se trata de sabiduría, aunque haya un gran saber incalculable, sino de un nuevo modo de gozar de su inconsciente. Suzanne Hommel ha publicado también varios artículos a partir de su práctica analítica, como también trabajos de lectura y de traducción sobre los textos fundadores de Sigmund Freud como son : Proyecto de una psicología para neurólogos, Pegan a un niño, Tres ensayos de teoría sexual, Inhibición, síntoma y angustia, entre otros. Ella ha publicado una recopilación de textos intitulada : La historia del sujeto en la historia del siglo escrito entre 1975 y 1990, publicado por el editor Soleil Carré en 1994 en la ciudad de Tours en France.

Agradezco a Suzanne el haber aceptado nuestra invitación para hablar de su encuentro con Jaques Lacan :

SH – Ah si, de eso puedo hablar, fue un evento fundamental en mi vida, un esclarecimiento. Llegué de Alemania a la estación del Norte cuando tenía 19 años, no tenía ningún acomodo, ni dirección. Había decidido desde muy joven que no me quedaría en Alemania sino que emigraría a Paris pues Alemania para mi estaba marcada por el nazismo. Aclaro que no soy judía, era el ambiente después de la guerra que estaba muy difícil y la lengua alemana pauperizada. Así que para mi Paris fue una elección evidente desde muy joven, me parece que desde los 6 años, debe ser algo que me construí después pero me acuerdo que fue desde muy pequeña. Apenas llegada a Paris quise hacer un análisis, era una evidencia para mi , aun antes de venir. Estaba en Colonia, había llamado uno o a dos, pero no dio resultado eran mas bien entrevistas sicológicas. Desde que llegué a Paris quería hacer un análisis pero no era el momento todavía, ya había leído Freud, mucho de Freud desde mis doce, trece años, me acuerdo que para Navidad yo pedía libros de Freud. Luego de unos años, comencé un análisis con Nicholas Abraham quien me tenia en la sesión durante ¾ de hora, para colmo sobre el muro delante del diván había un gran reloj de estación de tren, los minutos pasaban : tic tac, tic tac y luego de 44 minutos y 60 segundos se interrumpía la sesión. No logré quedarme mucho tiempo, creo que algunos meses. Después me propusieron un trabajo en Nueva York , fui con mi marido donde trabajé como secretaria durante algunos meses, tal vez un año, allí pedí en seguida otro análisis. También con un analista de la IPA, él me preguntaba al final de cada sesión : «What were your after-feelings after the last session ? » cuales fueron sus sentimientos después de la última sesión ? De allí también me fui, no solo para dejar ese analista, sino para volver a Paris. Yo estaba muy, muy triste en Nueva York, era muy grande, en fin no era para mi … no me gustó. De vuelta en Paris, de nuevo búsqueda de analista, pasé primero por entrevistas de la IPA en la calle saint-Jacques donde pedí un análisis gratuito – que existía en esa época – luego de una primera entrevista en el otoño del 67 tuve que esperar un año antes de obtener un turno con un analista. En el instituto de la calle saint-Jacques comencé un análisis muy regular tres veces por semana y gratuito. Cada vez que salía de la sesión de ese analista, iba a una librería, creo que se llamaba « Autrement dit » pero me puedo equivocar, estaba en la esquina del boulevard saint-Michel y de la rue soufflot. Me precipitaba sobre la sección de sicoanálisis y ojeaba o compraba los libros de todos los sicoanalistas : Karen Horney, Erich Fromm, evidentemente Freud pero buscaba otra cosa que Freud pues lo había leído mucho. Otro día en la misma sección encuentro « Escritos » de Jacques Lacan. Salgo a la calle, abro el libro y comienzo a leer el primer texto La Carta robada, fue para mi como un milagro, lo que siempre había buscado, osaría decir que desde mi nacimiento, evidentemente, esa luz , esa inteligencia esa apertura, después de todos esos libros llenos de … bah ! cerrados como paquetes atados, eso. Entonces, leo y veo a un momento dado al pié de la página una nota : « nota agregada en 1966 » entonces yo estaba encantada, quería decir que ese analista Jacques Lacan no estaba muerto como todos los otros. Llamo en seguida a la Escuela Practica de Altos Estudios en donde me dicen que Lacan dictaba un seminario, creo que en esa época era dos veces al mes, en la Escuela Practica de Altos Estudios, todavía en la rue de Ulm. Entonces asistí a partir de allí, fui a todos los seminarios de Lacan, luego en la rue saint-Jacques en la facultad de derecho, hasta el final. Charlando con los otros oyentes del seminario supe que no solo Lacan dictaba un seminario, sino que estaba también la Escuela Freudiana de Paris de la cual el director era Jacques Lacan y que habían los grupos de cartel. Primero fui a los seminarios, lo acuerdo bien, de Charles Melman, Thérèse Parissot, Bailly y muchos otros. Rápidamente con otros formamos un grupo de cartel que leía el seminario La Ética del psicoanálisis de Lacan y luego de un año o dos de cartel hicimos todos un discurso cada uno en las jornadas de la Escuela. Era en la Casa de la química en la rue Saint-Dominique. Yo hice una conferencia sobre Antígona y Edipo en Colona : entre-dos-muertes , después supe que todos los miembros de ese cartel habían sido nombrados miembros de la Escuela Freudiana de Paris,. Yo todavía no osaba pedir. Entonces me forcé a llamar a Christian Simatos que era secretario de la Escuela entonces, él me dijo : « oiga, yo no puedo responderle, tendría que pedirle a Lacan mismo » Yo estaba aterrorizada, podría haber abandonado en ese momento pero no lo hice, no se cuanto tiempo me hubiera hecho falta para llamar a Lacan para pedirle una entrevista. Me parece que fue Gloria, su secretaria, quien me lo dio pues no era un pedido de análisis sino solo que lo quería ver. Fui a su casa y le dije, él estuvo extremamente amable, jovial, con una gran sonrisa, entonces yo le pedí : « le pido ser miembro de la Escuela Freudiana de Paris » él respondió con su sonrisa maliciosa y un poco irónica « pero Suzanne Hommel, yo le pido que se haga miembro de la Escuela Freudiana de Paris, no es para nada evidente querer ser miembro de la Escuela Freudiana de Paris » Fue ya una doble interpretación, para mi no era evidente que el mundo entero quisiera solo eso : ser miembro de la Escuela pues para mi era el súmmum de la inteligencia en el mundo, Así es. Primero un regocijo, ahí me sentí verdaderamente adoptada por Francia. Yo había venido 10 años antes, me sentía siempre extranjera, no siempre, ahora yo era acogida por el mundo del pensamiento, fue un verdadero nombramiento. Así que continuamos el trabajo de cartel, yo seguí todavía mi análisis con el analista de la IPA – ahora me vuelven los recuerdos – y en un momento dado no pude mas y me dije : « voy a pedir a Lacan para hacer un análisis con él» Hablé con amigos, con colegas, tenía miedo que no me aceptara, que me rechazara, que fuera caro, todas las resistencias del mundo. Porque evidentemente todo el mundo decía que era muy caro, que nadie podía ir, que aceptaba gente de manera excepcional. Pero en la urgencia de mi miseria, de mi sufrimiento y en la búsqueda de algo muy lacaniano lo llamé. Fui al subsuelo de un café, pero antes quiero contar que estaba enferma de anginas desde hacía tiempo y me dije : « llamaré a Lacan cuando esté curada de mi angina » y un día en la calle, de nuevo me di cuenta que evidentemente era al revés, estaba enferma de anginas porque no lo llamaba. Entonces fui, no a mi casa sino al subsuelo de un café, el Bullier en Paris en frente del restaurante La Closerie des Lilas y desde allí pedí a Gloria que me pasara a Lacan, le dije : « Le llamo para obtener una entrevista, quiero hacer un análisis con usted » él me dice « ah, hace tiempo que esperaba su llamada, venga la semana próxima exactamente a la misma hora » Era un martes, miré la hora, eran las 16 y 46, ahí entendí, es una interpretación, exactamente es imposible así sea al segundo. Y entonces debo haber ido a las 16 y 46, ello muestra las interpretaciones de Lacan. Segunda interpretación, no se puede venir exactamente así que llegué exactamente segundo mas segundo menos. Olvidé decir que cuando le pedí ser miembro de la Escuela me recibió a las 9 de la mañana. Me imaginaba al gran señor, el gran Doctor Lacan vestido en traje de 3 piezas, me recibió en bata azul marino con un cinturón de monje y en pantuflas, como arrastrando la voz me dice « Suzanne Hommel, me hace falta hacer gimnasia, tengo que mantenerme en forma » Todo el tiempo era una sorpresa - pero allí volví hacia atrás – le pido un análisis y ahí, ah si ! él me pide otra cosa, de hecho espantosa, yo le había dicho haber dejado el analista de la IPA y él me dijo : « la dejó caer, es lo que yo llamo dejar caer a alguien » « vuelva a ver a este analista – él conocía bien su nombre – y dígale que usted quiere hacer un análisis conmigo » Todas esas interpretaciones, me da mucho gusto poder contarlas » Yo ya había terminado con el otro así que lo llamo, pido verlo y voy – me dan ganas de nombrarlo pero sería despiadado – le dije : « lo he dejado pero quería decirle que empezaré un análisis con Lacan » él me dijo « está usted metida en un marasmo » en fin juzgó muy mal la cosa, volví a lo de Lacan la semana siguiente, una vez mas, para decirle que había visto el otro analista y que iría con él y a partir de entonces el análisis comenzó tres veces por semana, a veces mas, me cobró horriblemente caro pero esto era sabido. Quisiera señalar también las interpretaciones de Lacan en dos tiempos. Yo asistía a las presentaciones de enfermos en el hospital de Sainte-Anne desde hacía mucho tiempo pero un día, no me acuerdo porqué, había que pedir a Lacan autorización para asistir, había demasiada gente. Estaba en análisis con él y le pido « podría asistir a las presentaciones de enfermos ? » me dijo : « no, no enseguida » yo estaba evidentemente muy decepcionada. Razón de mas ya que había asistido y él me había visto bien, el análisis continuó y un día no pude mas y le pregunté « podría asistir a las presentaciones de enfermos ? » « pero si, evidentemente » así fue. Esta historia de dos tiempos y otras por el estilo ocurrieron muchas veces mas. No me acuerdo mucho mas. Hay otra cosa que me acuerdo, algo que fue señalado varias veces en los últimos tiempos : un día llego a lo de él diciendo « me despierto todas las noches a las 5 – y agrego – es la hora en que la Gestapo venia a la casa de los judíos a arrestar a los judíos y llevárselos para su deportación » En ese momento Lacan se levanta, se precipita – de verdad - sobre mi y me hace una caricia en la mejilla izquierda, la sesión se interrumpe en ese momento. Evidentemente me dejó completamente atónita, aún mas pues no hacía parte de sus costumbres de acariciar o cosas por el estilo, no era para nada el lugar de la caricia así que salgo completamente atónita « erstarrt » se dice en alemán, atónita, inmovilizada de sorpresa, le cuento a una amiga quien me dice: « pero Suzanne, es extraordinario, quiere decir gesto en la piel (gest-à-peau/ gestapo) en francés » si, es de hecho justo, por ese gesto sobre mi cuerpo él había traducido la palabra en alemán, a través del cuerpo, en francés. Es una marca que está siempre allí, fue muy importante en todo mi desarrollo posterior, en mi función de analista, en mi función como alguien de habla alemana en Francia, de lengua francesa, pues en ese momento era la hostilidad contra Alemania que había confundido con la hostilidad de la lengua alemana – yo no me permitía en absoluto hablar en alemán – y a partir de ahí no hablé mas que antes el alemán pero empecé a traducir Freud de manera mas holgada. Con un grupo de gente hemos traducido tres grandes volúmenes de la correspondencia Freud-Ferenczi, yo traduje en el mismo grupo un libro de Ferenczi, creo que en las obras completas, el tercer, el cuarto volumen. Traduje mucho Freud, y a partir de allí estaba autorizada. Dicho esto, hablar el alemán en lo cotidiano me cuesta mucho aún hoy. Pero ese gesto ha transformado algo en mi vida, bueno, ese gesto fue hace 30 años, pero me permite traducir también otras cosas, he traducido – recientemente, hace 2 años – poemas de Thomas Bernhard en alemán, eso es otra etapa. Yo retomé otro análisis después de la muerte de Lacan, aún varios y en mi análisis ulterior me pude permitir eso, traducir, eso debe atañer mucha gente en Brasil, pues ustedes vienen seguido a Francia para hacer un análisis en francés, por lo tanto ese viaje entre los idiomas debe decirles muchas cosas. Después he creado grupos de cartel, sobre el sujeto entre las lenguas. Todavía hoy me buscan mucho por los textos de Freud para que precise tal o tal texto.

EV – Leí el libro de Thomas Bernhard que me regalaste, la traducción En la tierra como en infierno. Quisieras leer ese poema?

SH – Leo primero en francés o en alemán ?

EV - En alemán.

SH - Kein Baum
Kein Baum
wird dich verstehn,
kein Wald,
kein FluB,

kein Frost,
nicht Eis, nicht Schnee,
kein Winter, Du,
kein Ich,

Kein Sturmwind
Auf der Höh, kein Grab,
Nicht Ost, nicht West,
Kein Weinen, weh-
Kein Baum…

Aucun arbre / ningùn àrbol
Aucun arbre / Ningùn àrbol
ne te comprendra, / te comprenderà,
aucune forêt, / ninguna foresta,
aucun fleuve, / ningùn rio,

aucun gel, / ninguna helada,
ni glace, ni neige, / ni hielo, ni nieve,
aucun hiver, toi, / ningùn invierno, tu,
aucun être / ningùn ser

aucune tempête / ninguna tempestad
sur la hauteur, aucune tombe, / sobre la altura, ninguna tumba
ni Est, ni Ouest, / ni Este, ni Oeste
aucune larme, douleur – / ninguna làgrima, dolor -
aucun arbre… / ningùn àrbol…

Hice algunos años de análisis con Lacan y un día me quise ir. Seguramente me equivoqué, pero me fui, poco antes de su muerte, le dije « no vengo mas », él me dijo « usted no viene mas » y luego de una pausa me tendió el brazo derecho « venga mañana exactamente a la misma hora ». Ese primer « exactamente a la misma hora » lo volvió a decir, no se si se acordaba o si es el orden lógico de las cosas. No hablé suficientemente de una cosa, dije que había dejado Alemania a causa del nazismo, del ambiente del nazismo. En esa época todavía no había ningún trabajo sobre esto cuando vine, todo era ignorado, los alemanes no querían saber nada ni hablar por lo tanto esta cosa todavía hoy , como en todo el mundo, es muy pesada. Y en esta ocasión tengo que hablar de mi encuentro con Anne-Lise Stern, que usted conoce quizás – a quien encontré en la Escuela Freudiana, al final, casi en el momento de su disolución. Ella empezó a dictar un seminario en ese momento al cual asistí durante 30 años, verdaderamente 30 años, cada vez. Habló durante todos esos años de la importancia de los significantes del nazismo en nuestras vidas, aún en la actualidad. Ella hizo un trabajo absolutamente extraordinario . Ella siempre encontraba en los medios de difusión, en los diarios, en la televisión, en la radio, acechaba todos los significantes que venían de allí. Ella nos los mostró, yo hice ese análisis con ella. Ese trabajo durante 30 años hizo parte de mi desarrollo como analista. Y con ella nunca hablamos en alemán, nunca para decirnos « vamos a comer a un restaurante » pero hablamos mucho por teléfono, hablamos de textos en alemán, de poemas, de textos de Freud. Y tengo que decirlo, que le debo algo muy importante. Cuando ella comenzó su seminario – Creo en febrero 1979 o en el 80 mas bien, al momento de la disolución de la escuela – fui a su seminario y al día siguiente me propuso ir a comer juntas en un restaurante, en el Bullier frente a La Closerie des Lilas, allí me dijo « Suzanne somos alemanas las dos » ese fue para mi un regalo tan importante como el « yo le pido que se haga miembro de la Escuela Freudiana de Paris » de Lacan, porque Anne-lise Stern había sido deportada a Auschwitz y volvió de Auschwitz, yo la pequeña alemana, la vergüenza de venir de allí, para mi era impensable que ella me hablara, era ya un gran … era extraordinario que ella me dijera eso « somos alemanas las dos ». Pues a partir de ahí yo no tenía que sentir absolutamente vergüenza porque creo que lo que me quería decir era « somos alemanas las dos de la misma lengua » y es verdad, a partir de allí nuestra – no se ni siquiera si es una amistad – nuestro encuentro, nuestro cruce casi cotidiano, al menos por teléfono contara mucho en mi vida, en la suya también. Es de hecho muy importante que yo lo dijera en esta entrevista. Y bien fue el encuentro con Lacan, el encuentro con Anne-Lise Stern que hizo su análisis con Lacan y que quedó muy marcada por Lacan en su manera de ser. Estos dos encuentros me permiten hoy en día vivir en Francia, aún si debo decir que soy siempre una extranjera en Francia, hace 56 años que vivo aquí, no es poco, pero la historia de las lenguas es insuperable, así es.

EV – Muchas gracias.